Si al entrar en el desván puedes llegar a intuir un soplo de aire fresco tras un día caluroso, la caricia que alivia la caida o el sueño tras un día de trabajo...entonces sabré que he conseguido mi objetivo

jueves, 30 de julio de 2015

Sin nombre

Llega despacio, sin prisa como el ocaso, como la luz
que aparece después de la oscuridad
para cerrar el espacio perdido 
que precede al alba 
al despertar.
Se mete sin darnos cuenta, 
entre los brazos, entre los cuerpos
entre los sueños, entre la vida,
entre las almas dormidas,
sin susurrar.
Y nos llena como el agua
a la vasija, como el aire 
a los pulmones, como la brisa 
a la vela 
al navegar.
Y como a todo, damos un nombre
porque así somos y a todo
hemos de nombrar.
Cuando lo hacemos
hasta el cuerpo se estremece
si decimos soledad.






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