Si al entrar en el desván puedes llegar a intuir un soplo de aire fresco tras un día caluroso, la caricia que alivia la caida o el sueño tras un día de trabajo...entonces sabré que he conseguido mi objetivo

viernes, 24 de junio de 2011

El descubrimiento de Pipe

Madrid, otoño 1.962

Plop,plop,plop,plop... sonaban las gotas al golpear en la maceta metálica que estaba fuera, en el alféizar. Pipe miraba a través del cristal de la ventana el paisaje urbano, desenfocado por el agua, apoyando la cabeza en ambas manos; la calle era desde allí un mundo lejano, gris y húmedo en el que las personas también grises caminaban rápidas, ocultas por paraguas que les daban aspecto de setas gigantes en movimiento. Los coches se amontonaban en el semáforo de la esquina, pero ellos no tenían prisa, ¡Cómo no les importaba mojarse!

Después de un rato se giró rápidamente y saltó a la cama que le recibió haciendo un ruido quejumbroso. Pues ahora salto otra vez, y otra, y otra...

-¡¡ Pipeee!! ¿Qué estás haciendo?

-¡¡ Nada mamáaaa!!

-¡¡Deja de saltar en la cama, ahora voy a ponerte el termómetro!!

Que rollo, otra vez el termómetro, te tienes que estar con el brazo quieto un rato y luego mamá lo mirará seria y me dirá, "No te muevas de la cama", ya me sé la historia y...¿Cómo sabrá mamá que estaba dando saltos en la cama? Y si lo sabía ¿Por qué me pregunta que estoy haciendo? A veces mamá es un poco rara, el otro día salió del baño con Lucía y le dijo a papá: "Paco, ya hay otra mujer en casa", y lloró un poco, pero también se reía, y papá dio un beso a Lucía, y Lucía le dijo: "¡Ay papá, no seas pesado!". Vamos a ver, ¿Cómo que hay otra mujer en casa?¿Es que Lucía no era mujer y era ...otra cosa?...Entonces... ¿Cristina se habrá transformado ya en mujer o todavía es...otra cosa? Y ¿Qué cosas son? A lo mejor son monstruos disfrazados con cuerpos de niñas... que luego se transforman en niñas de verdad, pero mientras tanto... Lucía ya se que es mujer, pero Cristina.... la tengo que vigilar, sin que ella se de cuenta, y poner trampas en la habitación de los chicos para que no pase.

-Pipe, hijo, por poco me mato, te he dicho un montón de veces que no dejes las cosas por cualquier lado, que podemos tropezar y caernos, ¿A quién se le ocurre poner esta cuerda entre la silla y la pata de la cama? No me he caído de milagro. Levanta el brazo que te pongo el termómetro.

-Era una trampa mamá, para que no pase Cristina

-Estate quieto un ratito que voy a abrir la puerta, será Mari con la compra, ¡Esta chica se podía haber llevado las llaves!

Pues yo pongo la cuerda otra vez, cuando vaya a venir mamá le diré que está puesta para que no se caiga, pero a nadie más, bueno a papá... a lo mejor también se lo digo.

¡¡CATAPLUM!!

-¿Qué es ese ruido? ¿Qué ha pasado?

-¡Ay señora, que me he caído!

Pipe se quedó todo lo inmovil que un niño de seis años es capaz de quedarse conscientemente.
Mari ¿Será mujer o será monstruo?

-¿Te has hecho daño?

-¡No señoraaa !(y en voz más baja) Pipe ¿Por qué has "dejao" esa cuerda "atravesá"?

-Porque es una trampa

-¿Y que quieres cazar? ¿Conejos?

-No, es para que no pase Cristina porque es un monstruo. ¿Tú eres un monstruo Mari?

-Si, el de Perroca, que todo el que viene toca (y en voz alta) ¡¡Señoraaa, el niño se ha movido y se le ha caído el termómetro!!

-¡¡Pues pónselo otra vez!!

-Ya has oído a tu madre, y como no te estés quieto te lo voy a pegar con "pegamín"

-Mari yo no quiero que seas el monstruo de Perroca.

-Anda tonto, estate quieto un ratito.

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-Bueno Pilar, este niño ya no tiene fiebre, vamos a dejarle en casa un día más y pasado mañana al colegio.

-Muy bien Alfonso, muchas gracias.

-De nada mujer, ¿Qué tal está Paco? ¿Cuando vuelve?- inquirió Alfonso mientras cerraba el maletín de cuero negro..

-Pues llega mañana, ayer me puso una conferencia, me enteré de la mitad porque se oía bastante mal.

-Bueno mujer, pues ya le tienes en casa, ¿Trae algún bicho esta vez?

-Creo que dos monos, de encargo, se mete en unos líos... pero es un buen sobresueldo para ir tirando, la pajarería es una gran ayuda... y la verdad es que hemos notado el cambio del Ejército del Aire a Iberia, andábamos justitos.

-Es que cinco lebreles comen mucho, ¿Qué tal los chicos?

-Pues bastante bien; Paquito y Jorge han empezado 3º y 4º de Bachiller, y las niñas hechas ya unas mujercitas... bueno, una más que otra.

¿Por qué mamá sonríe a Alfonso y le guiña un ojo?

-Ya te contaré, que ahora hay ropa tendida, y está de un preguntón.

-Ja,ja,ja... muy bien Pilar, pues ya hablaremos, saluda a Paco de mi parte.

-De tu parte Alfonso, dale un beso a Maruja y a los niños de la mía.

-Adiós pirata, no te portes mal con la santa de tu madre.

Pero que tiene que ver la ropa tendida para que no le pueda contar mamá algo a Alfonso...que cosas tan raras.

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-¡¡Hola enano!!¿Ya estás bueno?- gritó un muchacho de cabello rubio y alborotado, entrando en la habitación como una tromba a la vez que lanzaba unos libros sujetos con una correa encima de la litera cubierta con una manta de cuadros.

-Si, ha venido Alfonso y ha dicho que ya puedo ir al cole.

-Pues muy bien...oye enano, ¿Para qué has puesto esta cuerda aquí?

-Es una trampa para Cristina, que es un monstruo, hasta que se convierta en mujer como Lucía.

-¡¡Pero que dices, enano!! ¡¡Estás como una cabra!!

-Si, Lucía se convirtió en mujer el otro día, que lo dijo mamá ¿Antes que era?

-Ja,ja,ja... enano, que cosas tienes- dijo el muchacho dulcificando la voz y mirando con ternura a su hermano pequeño.

-Te voy a contar una cosa, pero no se lo tienes que decir a mamá, ¿Vale?

-Vale

-¡¡Jorge, ven y cierra la puerta cuando entres!!

Jorge entró comiendo un bocadillo de chorizo que aromatizó en un momento la habitación y cerró la puerta como le había indicado su hermano.

La lluvia de la mañana había dejado paso a una tarde con un sol suave y otoñal, que se reflejaba en el espejeo que formaban los charcos y las aceras mojadas.

En el número 32 de la calle Sierra de Cazorla, en la 5ª planta, Pipe descubrió que sus hermanas Lucía y Cristina no eran ni habían sido monstruos, que la vida tenía secretos que poco a poco le serían desvelados... y que quería mucho a todos sus hermanos, aunque le llamaran enano.

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